Escribir (lo personal) es político
Rocío Cortina*
En 2020, en muchos de los talleres que di durante los días más intensos de la pandemia, cuando estábamos en aislamiento de todo y de todos, leí y escuché historias escritas por mujeres. Muchas de ellas iban vinculadas a las propias raíces. Abuelas, madres y ancestras inmigrantes aparecían como los personajes de esos textos.
Mes a mes, el tema se repetía. Y en mi experiencia, cuando algo se repite, hay que prestarle atención. Transitamos un momento histórico en el cual los feminismos nos invitan a explorarnos, a no repetir, a construir otro modo de habitar este mundo honrando a las mujeres que nos precedieron. La pregunta es: ¿vamos a desaprovechar la oportunidad avanzando a ciegas, o mirando para otro lado?
Los temas sobre los que escribimos, eso que consideramos tan personales, son finalmente políticos. No nos afectan solo a nosotras, no podemos solas con ellos.
Momento: no vengo con el panfleto. Vengo a desarmar sentidos. No vengo a hablar de lo político a favor de un partido: eso nos queda re chico. En todo caso, traigo lo político como todo aquello que nos vincula a la comunidad, que nos une con lo social y que, de algún modo, nos pone a participar en la cosa pública. Esta idea la suele repetir la politóloga y astróloga Lucía Gaitán en sus podcasts, y es necesaria: político viene del término “polis”.
La escritora María Teresa Andruetto, consultada por la periodista Gisela Daus en una nota sobre este tema, explica: “Lo personal, el mundo íntimo, el cuerpo es político al estar sujeto a presiones, elecciones, opresiones y hacer de eso, del cuerpo, de las alianzas entre mujeres y del mundo privado un camino poderoso para ir hacia lo público y por tanto, base a lo político. Que algo sea público implica que es político, si es político es de la ciudad, del mundo todo: eso fue y es muy importante”.
Virginia Woolf, en su ensayo Un cuarto propio, ya en 1929 insta a las mujeres a escribir y decidir los temas sobre los cuales se enfocan: “Les ruego que escriban toda clase de libros, por trivial o por vasto que sea el tema. Por las buenas o por las malas, espero que ustedes adquieran bastante dinero para haraganear y viajar, para considerar el porvenir o el pasado del mundo, para soñar entre los libros (…) No quiero que se limiten a la novela, escribirán libros de viaje y aventuras, de investigación y de erudición, de historia y biografía y crítica y filosofía y ciencia.”
Lo sé: es un montón de información. Todo este texto es para reafirmar que estoy a favor de concebir la escritura como un gesto político. Un gesto que sucede en nuestra individualidad, en nuestro fuero íntimo, pero que deja huellas allá afuera y participa de la disputa por el poder.
*Coordinadora de La Transfomación escritura
Muy de acuerdo contigo, Rocío. La escritura es individual pero deja huellas en lo social. Sobre todo en los pequeños talleres dónde nos encontramos y somos seis o siete personas charlando, dudando, preguntando. Esa reunión deja algo en nosotras q después comunicamos de alguna manera. Cordiales saludos a las personas q se juntan en talleres, para hacer, con palabras u otros materiales, q el mundo q habitamos sea más humano.
Gracias por la lectura y los comentarios, Marta! Y a seguir multiplicando las voces 🙂